Cada vez que viajamos tenemos que aprender a convivir con mucha gente a nuestro alrededor. Lograr una buena relación con los pasajeros vecinos se torna esencial para la buena convivencia dentro de un medio de transporte compartido, para así lograr que nuestro viaje soñado no se convierta en un montón de recuerdos de peleas y discusiones.
Cortesía y amabilidad
Para ser un buen pasajero comienza bien tu recorrido con un simple “hola” o “buenos días” a la persona que te va a atender durante todo el viaje, ya sea el auxiliar de bus. No perdemos nada si dejamos de mirar el celular unos segundos mientras nos piden el pasaje o nos entregan algunas instrucciones de seguridad. Sé gentil.
También es importante que aprendamos a hacernos cargo de nuestras faltas. Si a mí se me olvidó el pasaje en la casa y el reglamento dice expresamente que no se puede reponer, no puedo empezar a gritarle a medio mundo para que solucionen un problema que es culpa mía, lo mismo si olvidé la documentación de mis hijos o mi formulario de entrada y salida de un país.
Llegar con antelación al terminal también es fundamental para tus viajes, de esta manera no entorpecerás el horario de salida y así comenzarás tu viaje con el pie derecho.
Respeto por tus compañeros de viaje
Ya dentro del bus, hay varias cosas importantes que destacar. Incluso si viajas en una simple micro, es importantísimo respetar a los que están alrededor. Ponerle alegría a tu traslado y escuchar música es perfecto, pero recuerda siempre utilizar audífonos a un volumen adecuado. El resto de los pasajeros no deben ver perturbado su viaje por tu gusto musical, que no siempre es el mismo que el de ellos. Esto es de especial relevancia durante un viaje largo, donde es fundamental lograr relajarse para no llegar cansado a destino.
Un buen pasajero que viaja con niños pequeños los mantiene en su asiento, tranquilos y seguros. Esto por varias razones: primero por seguridad, si el bus choca y los niños están dando vueltas por el pasillo es muy probable que se accidenten, y tú eres el único responsable. ¡Siempre usa tu cinturón de seguridad! En Chile está normado por ley.
Por otro lado, no todos los pasajeros tienen tan buen humor para aguantar a los niños corriendo y jugando por todo el pasillo, y eso puede provocar reclamos y discusiones que siempre es mejor evitar. Una vez me pasó que iba viajando y me sentía pésimo, y además de eso había un niño en el asiento de atrás que me pateaba todo el rato la espalda. Los niños, por lo general, no viajan solos y todo adulto sabe lo molestas que son esas situaciones. Un viaje es un buen momento para educar y aprender a compartir en armonía con otras personas.
Higiene personal y espacios restringidos
Esto lo pido a título personal y todo viajero sabe a que me refiero. Si sabes que vas a convivir con 60 personas en un bus o con 200 en un avión, es imprescindible preocuparse de tener una buena higiene personal, porque en un espacio limitado el aire se vicia fácilmente y los malos olores no tardan en aparecer.
Recuerda el mismo consejo para tus comidas, sí, tu snack de viaje. Una empanada o un sandwich de atún pueden parecer deliciosos en tu casa o restaurante, pero dentro de un bus, su aroma puede ocasionar molestias. Un buen pasajero respeta esta regla y su comida no tiene casi olor.
¿Sabías que tu espacio durante el viaje está limitado por tu asiento? Los malos pasajeros llegan y se desparraman en el asiento sin importarles si están molestando al que viene sentado al lado, y créeme, nadie quiere eso en un viaje de varias horas. Sé consciente y respetuoso de los demás pasajeros.
Pasajero Informado
Un buen pasajero siempre se informa bien de las condiciones y del reglamento que tienen las empresas de buses, aerolíneas o trenes con respecto a los pasajes o al transporte del equipaje. De esta manera se ahorran discusiones innecesarias y están protegidos en caso de que estas empresas pasen a llevar alguna de sus cláusulas.
Al momento de viajar todos construimos nuestro espacio,de nosotros depende también que un viaje sea una experiencia grata,fluida y grandiosa. Todos viajamos al mismo lugar y somos iguales cuando viajamos, no importando tu apellido, cargo o profesión. Cada pasajero merece el mismo respeto y tiene los mismos derechos y obligaciones. Respetémonos, compartamos de la mejor manera los espacios y tengamos un ¡gran viaje!
Finalmente…
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